15.12.06

Must be another cheap dead.

HUMAN UNCONDITIONAL LAND, inconditional human state. ONLY A STATE, or the beginning.

En cuanto encuentre un buen territorio, para atornillar estos pies (¡ojo!, nunca usaría clavos), perdería cualquier clase de tolerancia para con la tierra ajena. Ya nada es más mío, ni mi cuerpo, sólo esta víspera de barro que, aún volátil, se desliza y pigmenta los pies que nunca han carecido de calzado. Unos pies blancos, blancos, solitarios y descalzos por primera vez, descalzos en el sentido de una sola totalidad de existencia a cargo de ellos, justo cuando empiezan a ser los mediadores de mí próximo y único deseo. Salir sin ser percibida, despertar sin encontrar la maceta de barro artificial en la que me metí hace no pocos años, y de la que muy pocas cosas lograron salir. Sin creer en novedosas ni angustiadas utopías borradas, disparar esta única bala en el silencio más final de todos los ruidos.
A tropezones con el único aire que me acompaña, desde un inicial lamento mezclado con la felicidad menos adiestrada, sin consejos ni directivas antropológicas; esta inexacta muestra de cambio simula una espontaneidad robada a todas las fuerzas de la naturaleza.
Una cuenta confundida por la materia, comienza a rodar entre las rodillas, sellando un frío que, en no muy poco tiempo, comenzará a trepar hasta el pecho y a luchar con las llamas de mi cabeza. Saliendo del antiguo espacio en el mundo, y concentrándome en la nueva materia de mi única potencia, ella comienza a preparar la bienvenida. En su inocua apariencia de color homogéneo y relieve impreciso, concentra el poder de insistir, para su frescura y composición, ante los cielos que se desgarran y gritan el llamado ansioso del vuelco, del cambio.
En un mismo momento, en el instante más certero, las primeras gotas de lluvia extinguen las impotentes llamas de mi cabeza; y el frío que había empezado a girar desde el corazón de todos estos huesos, llega al corazón de carne, visitándolo como una espina. Como una espina de agua, ante la docilidad de un cuerpo que ya es aire revolcándose en la tierra.

ANALIA CORA BASTOS

02.12.06

1 comentario:

Anónimo dijo...

"lo mejor de nuestra piel es que no nos deja huir"

(((Espejismos))) Patricio Rey
y sus Redonditos de Ricota

De nuestra mente alborotada por los sentidos brotan espejismos de agua o ilusión sobre los caminos como brota la "luz mala" de las fosforecenecias óseosas de ciertos cadáveres, y es hacia esa ilusión de los sentidos el trayecto que ha de recorrer este cuerpo metálico y esta alma polvorienta cuyo destino predeterminado parece ser el viajar hacia lo oceñanico, no tanto por su calidad salada y marina, como por la sensación de penetrar en la sustancia que uno cree buscar cuando es en realidad ella quien nos encuentra y engulle en realidad. Se escuchan las sirenas o las cadenas solo te dejan verlas pasar?