14.2.07

Castigando al fantasma.

-Sabés que de cuándo en cuándo desaparece el por qué. Si nadie se asusta, está todo bien; un fenómeno físico más en esta tierra pasa desapercibido siempre.
-Sí, pero en tu hígado los fenómenos físicos, que tanto te preocupan y tan generales son, van pasar un parte catastrófico. Pero…puede ser, hagamos así, tú piensas en mi hígado y yo pienso en el tuyo. Y como no quiero pensar en nada que sea tuyo, me pongo ya mismo en el emprendimiento de no hacerlo, me prendo de esta botella…obvio.
-Tanta prudencia, para no negar lo que propongo; nunca cambiarás, ni siquiera al final.
-Si cambiás al final empezás de nuevo; no sé por qué todavía te interesa eso. Pero si te sigue interesando, luego me transformo en basilisco, para no dejar de rememorar las metamorfosis ni leyendas; que creo, también, al final son siempre lo mismo…una leyenda es la metamorfosis de la ignorancia en ficción, y la metamorfosis –en especial la del hombre- no pasa de ser una leyenda, ya lo sabrás.
-¡Ves!, al final vas a cambiar, y te vas a transformar en un monstruo.
-Callate de una vez, adicto a las leyendas, a la ficción y la metamorfosis; a lo sumo me vomito un poco encima y largo un poco de olor. Y digo poco, porque todo va a ser poco para tu nariz a esa hora. Invitame con aquellos envases, están rebalsándose cada vez que los miro.
-La única ficción acá sos vos, lo que transforma todo lo demás en realidad; así que no quieras asustarme, ni menos callarme porque desaparecés…además…, nunca podría pensar en tu hígado, todavía no lo imaginé y ya es tarde.

Analía.

1 comentario:

Damned Poet dijo...

¿Uno, dos, tres interlocutores? Numerología y cabalística a discusión.
Aridez, me cago, eso es aridez de diálogo y no macana.
Ya se indagarán otras cuestiones, cuando se el momento debido, el momento de las caras (quitadas o no), de los saltos cósmicos (a los empujones o por libre albedrío), de los temores (alimentados, eso sí, siempre alimentados por la presencia del espejo).
Un cariño para autora y editor.
D.P.