3.12.07

Elogio del olvido (José Luis García Martín)

¿A qué grabar un nombre en las paredes,
manchar con torpes trazos la blancura
deslumbrante, impoluta, de la nada?
¿A qué este vano empeño de ir dejando señales,
de escribir en la arena, a resguardo del viento,
las triviales miserias que conforman tu vida?
Sobre las tercas líneas que dibujan un rostro
ha de pasar la mano piadosa de los años
borrando letras, sílabas, palabras sin sentido.
El papel en que escribes volverá a estar en blanco.
¿Y habrá dicha mayor que no haber sido?

1 comentario:

Petra von Feuer dijo...

¡Rage against posterity!

Vamos a enflaquecer
nuestros cuerpos
hasta el tuétano
para no dejarle nada
a los buitres.

Que los Keiths Richards
de este mundo
se esnifen nuestras cenizas
(y, por qué no,
las urnas funerarias también).

Que la humedad
de nuestras lápidas
sea canto de sirena
para líquenes petrófagos.

Porque la muerte
sólo es bella
cuando es blanca.