16.1.08

Geometrías nocturnas


Me gusta la solemnidad del aburrimiento: en momentos como ése, la geometría aplasta al azar. Es mi aliada: desaparezco y ella se manifiesta en la oscuridad de planos interceptados. La velocidad es su fuerte, su codicia.
A veces vacila, no sabe cómo mostrarse. Me quiere aplastar, pero sobrevivo a su intención. En la oscuridad...en la penumbra, en realidad. Ahí no hay geometría, si te fijás.
Me encuentro en su desaparición. Principio de no-contradicción. No-yo, ella. Yo, no-ella.
Dos diagonales me amenazan. Una progresión aritmética. Viene de donde la padezco, donde siento ridículas mi carne y mi lógica. Como si las diagonales me asustaran. En definitiva, me consuelo con la contradicción.
Como meterse (subirse) dos veces en un río congelado. Un plano transparente, pero es una transparencia apócrifa, más bien azulada. Algo de marrón, también. No sabría atribuirle un dinamismo. Correr en un río congelado es como fijarse la hora en una situación eterna: las dos y media de la mañana. Para siempre, y una sola vez. Navaja para que no haya más de una eternidad, por favor.
Navaja de Ockam para afeitar a Platón o para sacarse el tiempo de encima. Para tragarse el tiempo de golpe. Gárgara-garganta.
Aparece y desestructura las dimensiones. La recta mal educada entra por un tecnicismo y en forma de sombra. Sos una recta-sombra. Recta, al fin y al cabo. Dos rectas-límite de una sombra. Aparezco y desde afuera deja de haber geometría para posibilitar lo difuso: una sombra difusa, lógica difusa, oscuridad. Yo.
(Hay que solucionar lo último)
Es un escenario prematuro, precoz, como a la mañana. Shampoo. Buena onomatopeya. Espuma. Luces (¿intermitentes?)
No te quiero escuchar decir que el reloj es el ojo de la eternidad: mala respuesta. No es mala respuesta, sólo que no la exigí. Respondé cuando se te pregunta, carajo.
Soy lo único blando e inconsistente en este cubo, y eso es lo ridículo. Una habitación rellena mezquinamente de carne.
¿Luz intermitente u oscuridad intermitente? ¿Hay algo que subsista en la intermitencia? Relámpagos.
Y yo que quería estar solo...

Sergio A. Iturbe
16/01/08

(La firma registra patrones geométricos, pero obedece sólo a una subjetividad inconfesable y cósmica).