5.1.12

Había una mujer...


Había una mujer estéril rodeada de muñecos. Al principio no le hizo caso a la explosión que se oyó afuera. Después se cortó la luz y siguió imperturbable.
Después se cortó la luz y vio el resplandor.
Ahora sigue sentada en el sillón, rodeada de los muñecos. Muñecos en la biblioteca, en el piso, en la bañera.
El fuego ilumina el costado derecho de su cara. El lado izquierdo podría no existir, pero mira hacia la ventana y toda su cara resplandece.
            Una sirena suena a lo lejos, pero se va acercando como el fuego que a esta altura ya entibia el departamento.
            Los vidrios crujen, pero todavía no se rompen.
            Luego, un rumor acelerado aparece en la proximidad de la puerta. Un silencio y la cerradura que estalla al ser pateada por un rescatista.
            -Primero salven a mis hijos- y mira al bombero a través de la máscara de oxígeno, que es lo mismo que verse en un espejo convexo.
Pero no, la salvan a ella y los muñecos arden muy rápido, dejando una pasta de plástico y tela que mucho después sigue chillando entre los escombros.
           

1 comentario:

me llaman Flor dijo...

Muy gráfico este cuento, me gustó mucho eso, me dieron ganas de hacer algunas fotos con esas imágenes. Estaría bueno, no?