
Los componentes oficiales incendiaban pasillos, se batían en sus barricadas y creaban para sí intuiciones de locura. Se agolpaban a leer afiches inundados de cólera y auto racismo, eso excitaba nuevas manías; y salieron en multitud a propagarlas por retiradas áreas de la institución volátil que les daba asilo y rebeldía.
Discriminar sus expedientes por fogata que veían nacer puertas adentro.
Conformes con las expectativas de victoria, salieron de a grupos pequeños y organizaron un comité de fusilamiento –al que llamaron “Colegas y Vasto Espanto”- para apostarse todos en la terraza y dar el mejor festejo.
Sale el primer e indecente grupo de castigo; en el frente otra puerta se abre y aparece la manada efímera, presta a ser acabada.
Saludan a sus compañeros como lo hacían cuando encontraban sus caras todas las mañanas. Llevan el mentón a un ilustre ángulo recto y ven un tercer ojo venírseles para acompañar la figura de sus caras…ya tiradas en el piso con la vista en el cielo tridimensional.
Discriminar sus expedientes por fogata que veían nacer puertas adentro.
Conformes con las expectativas de victoria, salieron de a grupos pequeños y organizaron un comité de fusilamiento –al que llamaron “Colegas y Vasto Espanto”- para apostarse todos en la terraza y dar el mejor festejo.
Sale el primer e indecente grupo de castigo; en el frente otra puerta se abre y aparece la manada efímera, presta a ser acabada.
Saludan a sus compañeros como lo hacían cuando encontraban sus caras todas las mañanas. Llevan el mentón a un ilustre ángulo recto y ven un tercer ojo venírseles para acompañar la figura de sus caras…ya tiradas en el piso con la vista en el cielo tridimensional.
07/08/08.
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